sábado, 27 de agosto de 2011

LALOS y YAYAS

Acabando julio hemos celebrado la fiesta de Santa Ana. Mucho más en Pozuelo, este pequeño pueblo en la raya de Zamora. Sabían amigos lectores que el “De la Orden” viene porque fue un pueblo donde se asentaron los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, una orden religiosa. Vean un poquito más si quieren en www.sfingos.blogspot.com y sorpréndase un poco más.

Pero esta tercera la voy a dedicar, este mes, a la patrona de este pueblo, que no es otra que Santa Ana. Pero no a ella, sino a la figura que representa. Ella era la abuela de Jesús, a eso voy: a los abuelos.

Abuelas y abuelos, yayos y yayas, lalos y lalas son hoy, como siempre a los que tenemos que agradecer tanto y que no lo hacemos, o lo hacemos con cosas materiales y no con lo gratificante de un abrazo, un beso, una charla, una mirada… un TE QUIERO.

Mi homenaje va para tantos abuelos, que en esta época están echando una mano a los hijos que lo necesitan. Ya no solo en empujar la letra de la hipoteca, o de llevarles unas bolsas con un poco de fruta o comida (o ambas cosas a la vez); sino y creo lo mas importante, en el cuidado y educación de los nietos, mientras los padres deben trabajar los dos, para tener una calidad de vida ficticia, rimbombante, aparente. ¿Pensáis que es gracias a vuestro trabajo?
Nos permitimos el lujo de decirles y criticarles que nos están consintiendo al hijo, que esto no me gusta que se lo permitas, que esto no me gusta que se lo des, que debes estar atento en el parque a que no se haga daño… Y tú, ¿Qué haces por ellos? Hazlo tú.

Es una obligación impuesta porque ellos acatan y callan. Considero que los abuelos deben estar con los nietos cuando corresponde, cuando les apetezca, cuando quieran. Ellos ya han trabajado lo suficiente y deberían descansar. Es hora de que nosotros cuidemos de ellos y no al contrario y mucho menos cargarles con más trabajo y responsabilidades.

Acabemos con reproches, con imposiciones, con desplantes y dejémosles que vivan sus años de descanso merecido como ellos quieran. Como merecen.
Eso de que lo hacen con mucho gusto y que no les importa, lo dicen por no hacer daño. Leer prensa, leer estudios médicos.

Y lo peor es, que incluso conozco casos, que les llevan a los abuelos a los nietos y el matrimonio joven se va de vacaciones.

Mi homenaje para ellos, los abnegados y una vez más, sacrificados abuelos. Reflexionar, los hijos son para los que los tienen, y si no… no los tengas.

Moisés Busnadiego.
www.moisesbusnadiego.blogspot.com

TIEMPO DE CAMBIOS.

Ya es la hora. No queda otra.
En estos dos últimos años y especialmente en estos meses hemos visto como la economía global va derrumbándose y con ella la de cientos de personas que ven que no llegan a final de mes y que está en riesgo mucho de lo conseguido en años de esfuerzo y ahorro.

Ahora, deberíamos entre todos comenzar a solucionar este “desaguisado”. Pero todos, no solo para los de siempre.

Las vacas gordas ya se han dejado de dar leche por cántaras y está cada vez más cerca del sacrificio que de volver a engordar. Ya no hay posibilidad de piensos de engorde rápido. Ahora deberá volver a comer pasto, y verdes de los perdidos.

Perdonen que haya hecho este símil con lo rural de una vaquería, pero la teta ha dejado de tener para tanto. Ahora queda, viniendo a lo real, solamente para mantener lo básico del sistema: Sanidad, educación y dicen que empleo.

Han de cambiarse muchos hábitos en la sociedad, que ya se están haciendo, pero no debería de ser porque vemos peligrar nuestros trabajos, sino que debería ser una norma a seguir para siempre.

Los derechos de los trabajadores son un logro de unas movilizaciones que se hicieron allá por los años 70 por los desertores del arado de nuestras tierras, cuando fueron a la capital a trabajar a FASA, MICHELÍN, IVECO, TAFISA, NICAS.
Eran otros tiempos, la época de la evolución industrial cerca de nuestro pueblo. Gracias a esos trabajadores productivos, constantes, cumplidores, los empresarios, aunque les costase, aceptaron estos derechos como pago a ese rendimiento en la productividad y beneficios.

Ahora vuelve a tocar apretarse los machos y empujar la balanza para que los derechos sobrevivan, pues lo que el sistema nos exige es más productividad. En la privada esto es más fácil de “medir” o controlar.

El esfuerzo real lo deben hacer los de la pública. Funcionarios y personal laboral de las instituciones públicas.
Muchos de los que trabajan como funcionarios lo saben. Les hay que no hacen absolutamente nada en todo el año. Se arropan a los moscosos, días de libre disposición, permisos de maternidad, funciones sindicales y demás regalías que los derechos de los trabajadores les han proporcionado, y han sabido subirse a ese carro, mientras, trabajan los de siempre. A esos funcionarios que si funcionan les debe de doler cuando la opinión pública critica y generaliza a todos.

Pero si es cierto que muchos conocemos a la funcionaria que ficha y a la media hora ya sale a desayunar, luego a comprar, luego a almorzar y luego parrafada de teléfono con su prima para contarla lo estupendo del fin de semana en la playa. Y que trabaje la tonta de siempre.

Este es el cambio que debería provocarse; todo aquel que no produzca y no se gane su sueldo, a la calle, al paro y despedido procedentemente, sin un céntimo.
Muchos de estos funcionarios que no funcionan, solo lo hacen fuera de su jornada pública, en un despachito por las tardes, o vendiendo seguros o “consiguiendo” según qué cosas.
Actividades la mayoría de las veces que no cotizan ni tributan al sistema social, que les permite pagar sus facturas como funcionarios.

En las privadas, ya sabemos lo que hay, o produces un poco más por lo mismo o incluso con bajada de sueldo, o…

Moisés Busnadiego.
www.moisesbusnadiego.blogspot.com